EL LLANO EN LLAMAS

Después del así horas para andar sin encontrar o una sombra de árbol, o uno palleta de árbol, o una raíz de nada, lo escucha ladrar de los perros. Uno ha pensado a veces, en entre de este camino sin costas, qué nada habría después de que; aquello no pueda encontrar nada en el otro lado, al final de este plano rajada de grietas y de riachuelos secos. Pero sí, hay algo. Hay unas personas. Escucha que ladran los perros y oye en el aire el olor de humo, y saborea este olor de las personas como si sea una esperanza. Pero las personas es todavía muy allí abajo. Es el viento qué él apropa. Hemos venido excursionismo desde el alborear. Ahorita Es algo así como el cuatro del anochecer. Alguien pretende el cielo, estira los ojos a dónde está colgado el sol y dice: – son también a pesar de que el cuatro del anochecer.