CRONICAS DE BAR
La barra es confesionario más democrático de todo los que existen”. Así comienza el primer del 21 crónico que encima otros así las barras asturianas ofrecen aquí. Barras transitats para las historias múltiples dónde piensan experiencias de calle, sexo, arte, ciencia, político y juego. Y en este juego (en estas barras) el autor descubre tertulias, canciones y despechos, pero también ve para pasar en jugadores innatos de la palabra —también a pesar de que Fernando Pessoa, Robert Walser, Georges Perec, Juillet Cortázar, Thomas Pynchon, Claudio Magris y Peter Handke—, en jugadores de la imagen —también a pesar de que Salvador Dalí y Toulouse-Lautrec— y en jugadores del músico —también a pesar de que Carlos Gardel, Charlie Parker, Daniel Santos, Camarón de la Isla, Eddie Palmieri y Rubén Hojas—. Leyendas de jugadores, unnamed jugadores, jugadores reales, fictional jugadores, cada juego es posible según la mirada de quién lo juega. Si en una barra puede vivir todas las barras, también a pesar de que sostiene Edgar Borges, puede aquello en elsapuntes de estas crónicas (aquello en el año 2010 ha sido publicado en el diario El Comercio) aparece fugaz reflexes de cuantos las barras pueden conocer y de cuantos parroquianos puede confesar en ellos.